viernes, 23 de noviembre de 2012

Aquellas cartas...


Aquellas cartas que son muy esperadas. Son escritas con las mayores de las ganas. Pero que nunca llegan a donde deberían. Acaban perfectamente guardadas, en un cajón que cada cierto tiempo abres y lees durante horas, pensando que cada palabra te había salido del corazón.
Por mucho que se quiera hay veces que el valor de hacer esa carta y dársela a quién se la habrías escrito, simplemente acaba como un papel escrito, que guardas en un sobre y solamente se queda en tu recuerdo.
Por eso creo que toda carta debe de llegar a su destino, hay que tener valor de dársela a la persona para la que fue escrita, por que ya que se ha tenido el valor suficiente para escribirla, también se tendrá para dar el siguiente paso...

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