sábado, 5 de octubre de 2013

Vaya dos semanas...

Las dos últimas se puede decir que se definen en; llorar y lamentarme de todo. Hasta he llegado a creer que las cosas buenas pueden llegar a ser malas, y que las malas se convierten en buenas. Un sin sentido día tras día. Y cuando por fin me doy por vencida y empiezo a hacerme a la idea de que las cosas serán así por un largo tiempo; pasa algo que me hace cambiar. Que me hace pensar que todo tiene un sentido. Que quizá todo lo malo que me pase sea por algo; puede que me lo merezca. Además ahora mismo la frase que tanto usa mi madre no me vale de nada; las cosas podrían ser peores. Ni eso me vale.

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