domingo, 19 de julio de 2015

26 de junio de 2015

 Hace ya casi un mes...  
  Me despido de los 16 que no fueron como yo hubiera deseado, imaginado, pensado o querido. Pero toca pasar página. Y dar la bienvenida a los 17 y con ellos nuevas  ilusiones, metas, deseos, experiencias y esperemos que muchísimas cosas más que hagan que cada día sea especial. 
Porque no quiero olvidarme tajantemente de los 16, porque aunque los empecé con muchas ganas me encontré con demasiados obstáculos para el momento, pero a pesar de todo quiero acordarme de ellos por algo. La verdad es que me enseñaron más de lo que quisiera. Porque me tope con situaciones que creo, deseo y espero que no mucha gente que tenga o vaya a tener 16 tenga que pasar. Porque si en muchas ocasiones pienso que mi vida (como la de todos) es una montaña rusa, en este año lo describiría mejor como una montaña rusa que golpearon, destruyeron, hicieron pedazos y luego se acordaron de construir con pocas piezas. Porque cuando pensaba que estaba bien, o mejor dicho; cuando estaba intentando convencerme a mi misma de que estaba, vino alguien a tocarme mi botón autodestructivo y consiguió sacar de nuevo lo peor de mí. Pero sorprendentemente esa persona hizo que me desprendiera de una mochila bastante pesada que me estaba consumiendo mental y físicamente. Incluso hasta el extremo de cambiar mi forma de actuar. (Y por eso a pesar de todo lo que paso con esa persona le debo un millón de gracias).
El tema es que a finales de enero parecía que estaban empezando a mejorar las cosas, pero ahora que ya paso un tiempo razonable, me doy cuenta de que seguía mintiéndome. 
A pesar de todo, en este momento casi no tengo ninguna carga imposible de sacar de mi vida, son obstáculos que próximamente espero superar, pero veo un futuro a largo plazo que me puede dar grandes cosas y seguramente una nueva etapa de mi vida empezara en ese instante. Mientras tanto sigo dejando que mi vida pase y por lo que parece los años también ;)

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