Hace ya
casi un mes...
Me despido de los 16 que no fueron como yo hubiera
deseado, imaginado, pensado o querido. Pero toca pasar página. Y dar la
bienvenida a los 17 y con ellos nuevas ilusiones, metas, deseos,
experiencias y esperemos que muchísimas cosas más que hagan que cada día sea
especial.
Porque no quiero olvidarme tajantemente de los 16, porque
aunque los empecé con muchas ganas me encontré con
demasiados obstáculos para el momento, pero a pesar de
todo quiero acordarme de ellos por algo. La verdad es que me enseñaron
más de lo que quisiera. Porque me tope con situaciones que creo, deseo y espero
que no mucha gente que tenga o vaya a tener 16 tenga que pasar. Porque si en
muchas ocasiones pienso que mi vida (como la de todos) es una montaña rusa, en
este año lo describiría mejor como una montaña rusa que
golpearon, destruyeron, hicieron pedazos y luego se acordaron de construir con
pocas piezas. Porque cuando pensaba que estaba bien, o mejor dicho; cuando
estaba intentando convencerme a mi misma de que estaba, vino alguien a tocarme
mi botón autodestructivo y consiguió sacar de nuevo lo peor de mí. Pero
sorprendentemente esa persona hizo que me desprendiera de una mochila bastante
pesada que me estaba consumiendo mental y físicamente. Incluso hasta el extremo
de cambiar mi forma de actuar. (Y por eso a pesar de todo lo que paso con esa
persona le debo un millón de gracias).
El tema es que a finales de enero parecía que estaban
empezando a mejorar las cosas, pero ahora que ya paso un tiempo razonable, me
doy cuenta de que seguía mintiéndome.
A pesar de todo, en este momento casi no tengo ninguna carga imposible
de sacar de mi vida, son obstáculos que próximamente espero superar, pero veo
un futuro a largo plazo que me puede dar grandes cosas y seguramente una nueva
etapa de mi vida empezara en ese instante. Mientras tanto sigo dejando que mi
vida pase y por lo que parece los años también ;)
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