Había descubierto que la mayoría de mis miedos no eran sino una creación de mi mente.. La realidad adopta a veces la forma de un dragón aterrador que se desvanece en cuanto nos atrevemos a mirarlo de frente. Bajo la influencia de Igor, había domesticados los dragones de mi existencia, y ésta me parecía ahora poblada de ángeles benévolos.
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