No es fácil sobrellevar todo lo que se te presenta enfrente. Porque cualquiera podría decir que soy una privilegiada (y la mayoría del tiempo me siento así), pero mi situación no es fácil de superar.
*Sé que dentro de 30 años no me acordaré de esto, pero ahora sufro.*
Porque llevo desde mayo sin hacer nada. No me refiero a que me paso 24 horas al día en cama mirando el cielo. Pero sí que solo piso la calle para bajar a mi perra, y algunos días para hacer la compra. Mi moral absoluta empezó a decaer cuando en junio y septiembre no me cogen en ningún centro/curso que yo quería. *En aquel momento aun estaba demasiado entusiasmada para pensar en un "no".*  En bachiller, había sacado las mejores notas que me habían sido posibles. Eso para mí ya era un triunfo. Pero fue un batacazo darme cuenta de que estaría un año entero sin estudiar. Así que con la moral por los suelos, empece a mentalizarme de que tendría que empezar a buscar trabajo. Pero antes de eso me iba a relajar unas semanas. Obviamente esas semanas se convirtieron en meses. Y esos meses, hasta ahora.
*Sí que es cierto que en junio me opere y eso hizo que me lo tomara con más calma.
Y no le hecho la culpa a las circunstancias ni a los acontecimientos. Pero con el paso de los días, uno y otro y otro, mis ganas de avanzar van de menos a menos. Y me da una impotencia terrible, porque deseo con toda mi alma ayudar a mi madre económicamente y en algún momento poder irme de casa. Y no tengo ese pensamiento de joven de 18 años, de "quiero irme de casa porque ya no aguanto a mi familia". No es eso. Pero si que es cierto que el lugar en el que vivo ya no me da para más. Me refiero a que llevo viviendo aquí TODA mi vida. Toda una vida de recuerdos, muchos buenos, pero en este momento solo ganas los malos. Porque sin darme cuenta, por cada lugar por el que paso tengo algún recuerdo. Recuerdos con alguien que ya no esta, recuerdos con personas que me hicieron daño, recuerdos que realmente no me gusta recordar. Y todo eso, sumándole mi baja autoestima últimamente, hacen que me vaya consumiendo poco a poco. Consumiéndose esa parte de mi que yo tanto quería de mi misma.