"También él lo pasó
mal porque creía que nadie le entendía. Nada le salía bien y se encerró en sí
mismo, lamentándose de su mala suerte. Una voz que le hubiera animado y le
hubiera dicho que la vida es una sucesión de rachas positivas y negativas le
habría venido bien. Y es que ha aprendido que siempre hay que afrontar cada
etapa con decisión, ganas y mucha fuerza para seguir adelante".
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